Sutil pero concreta
Una pulsión que trepe por los dedos
hasta tu lengua
un malestar preciso
constante
Abolir de inmediato todo otro tipo de trance
que la carne nos guarde ateridos
que nos cierre la piel el horizonte
las ideas suceden en cadena
como violentos puntos de una línea
un ansia cardinal nos divide el paisaje
Yo lanzo mis flechas al cielo de esta noche
y espero
El día beberá de los pájaros abatidos
Las palabras que desentierro
no tienen fin
tampoco origen
la sed que las busca es parte del mecanismo.
Marcos Cáceres, “La palabra y el síntoma”.
domingo, 16 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)